Cuando se acerca el frío nos gusta pasar más tiempo en casa,
y a mí me viene de perlas porque así puedo concentrarme en mis proyectos.
Lo que sucede es que tengo que ir retirando muebles para
poder ponerme con lo nuevo, por eso cogí con tantas ganas esta cómoda.
Cuando la vi, me enamoré de los tiradores y no pude evitar
comprarla, pese a los fallos evidentes.
Habían hecho un añadido a uno de los cajones y se notaba
demasiado que no era el mismo material por lo que me decanté a pintarlo.
Lo primero que hice fue quitar los tiradores y limpiar el mueble porque tenía hasta
telarañas.
Una vez secado, apliqué una capa de imprimación.
Para la pintura escogí un tono azul para proporcionarle luz a esa oscuridad que transmitía.
El contraste con los camafeos de los tiradores no me podría gustar
más.
¿Qué os parece el resultado?
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