Hay algunas personas que no aprecian los tesoros que tienen
y dejan que se estropeen sin darles importancia.
Los muebles, como todos, sufren el paso del tiempo, y si no
se cuidan y se tratan con mimo se estropean.
Esta es la historia de una camarera que iba directa al
chatarrero y ha terminado encontrando un hogar donde ahora es la niña bonita de
la casa.
Cuando llegó a mis manos este era el aspecto que tenía. La
habían dejado a la intemperie, sola, sin ningún tipo de miramiento, y sin darle
el lugar que se merece.
Para mi fue una alegría, esta preciosa camarera de los años
70 se merecía una segunda oportunidad y yo se la iba a dar.