Cuando realizo un encargo, siempre lo hago con mucho cariño
y mimo, pero este era muy especial porque era un regalo.
Compré un par de descalzadoras porque quería aprender a
tapizar y al mismo tiempo reciclar.
La madera necesitaba volver a brillar, estaba apagada y sin
vida, así que le di un toque de goma laca mezclando escamas y alcohol, y lo
esparcí con la ayuda de una brocha de pelo de pony.
Después de grapar las cinchas, colocar la espuma y la guata,
comencé a tapizar.
¿Qué os parece el cambio?
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