Adoro las guirnaldas, siempre quedan perfectas y me gusta
ponerlas en cada fiesta así que pensé ¿y por qué no en Navidad?
Lo malo es que me apetecían unos colores oscuros y sólo
tenía cartulina amarilla en casa. Sinceramente este año quería una decoración
low cost y sobre todo demostrar que no es necesario gastarse mucho dinero para
que la casa luzca bonita, por lo que opté por pintarlas.