No, no he desaparecido, tan sólo me he sumergido en el apasionante mundo de las obras en casa, y como es algo que me encanta, se lleva todo mi tiempo libre.
Lo que comenzaba como un encantador cambio de vivienda, se ha transformado en un inesperado caos.
¿Cómo? Pues desde el mismo instante en el que se me ocurrió la maravillosa idea de pintar el salón.
Tenía un horroroso color bermellón que le proporcionaba demasiada oscuridad. Era un salón sombrío y había que darle un cambio radical.
Cuál fue nuestra sorpresa cuando me dio por tocar las paredes, si, ya se que tengo la manía de tocarlo todo, y la pintura se comenzó a caer. Eso fue la primera llamada de atención.
En un principio, habían pintando el salón con pintura temple, y con el paso de los años, decidieron cambiar radicalmente el color y utilizar una pintura plástica.
¿Qué es lo que sucedió? Pues que la pintura plástica se fue comiendo la pintura anterior hasta que ambas terminaron abombándose.
Seguimos en pleno proceso y sin haber podido siquiera dar la primera capa de pintura.
Cuando esto finalice, que será cuando esté mas positiva, os contaré el proceso y las posibles soluciones por si algún día, esperemos que no, os sucediese lo mismo.
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