De vuelta a la rutina. He tenido el blog algo abandonado
porque me salió un trabajillo de verano y me resultó imposible poder atender
como es debido a mi rinconcito, pero ya estoy aquí con las pilas cargadas.
Adoro esta lámpara de pie, fue amor a primera vista, mi
madre me la regaló un día que iba paseando y encontró una pequeña tienda muy
original cerca de su casa. Se quedó prendada y rápidamente pensó en mí. Es uno de los objetos que más éxito tienen en
mi hogar. Confieso que es una pieza capricho, pero su presencia le confiere al
salón un toque diferente y actual basado en la mezcla de diferentes tendencias.
Me gusta la sobria elegancia que proporciona el gris en las
estancias. Yo lo escogí para el salón ya que es el rincón de mi hogar donde más
tiempo paso, y donde
comparto momento con mis amigos y familia. Los colores
fuertes y llamativos resultan realmente atrayentes pero para mí es esencial la
utilización de tonos neutros y combinarlos con toques de color aplicando
elementos decorativos. Esa pincelada de pureza que se logra al combinar los
blancos y los grises perla me lleva a poder experimentar con diferentes
combinaciones de elemento que a primera vista no pertenecen al mismo mundo.
Haciendo un guiño a una bombilla gigante, la lámpara, en
esencia está compuesta por una ampolla opaca enroscada a un casquillo cromado.
El brazo está formado por dos piezas de cromado, la primera imitando a un cable
como si de una lámpara de techo se tratase y la segunda recta y encajada con el
pie de la lámpara del mismo material que las anteriores.
¿Cuál es vuestra pieza capricho?
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