Hace unos meses mi amiga Marga me dio una mesilla y me dijo:
“Es para ti, haz con ella lo que quieras”
Y eso fue exactamente lo que hice, experimentar.
Os confieso que comencé el proyecto sin saber muy bien cual
iba a ser el resultado o, peor aún, cuál iba a ser el siguiente paso que iba a
dar.
Una vez que me puse manos a la obra lo vi claro. Siempre me
llamó la atención cuando quitas capas y capas de diferentes pinturas de un
mueble la combinación de esos colores, lo bonito que queda el conjunto. Pero cuando
haces un pedido para un cliente, no suele triunfar esa idea. Así que pensé ¿Y
por qué no con esta mesilla tan seria?
Y me puse manos a la obra.
Lo primero, como siempre, es lijar bien el mueble antes de
pintar. Aunque use pintura de tiza y no sea necesario, en mi caso lijo
igualmente.
Y ya comencé con la primera capa, un verde agua o un azul
depende de los ojos que lo miren.
Después utilicé la técnica de la vela.
Y finalicé la fase de pintado con un tono marfil.
Tras esperar al completo secado, le realicé un decapé con el
fin que se pudiese ver la capa de marfil, la verde agua y la original de la
pieza.
¿Os gusta el resultado?
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