El interés por el diseño de muebles y la espontaneidad en la
decoración que algunos muebles pueden provocar, me introdujo en el mundo del
interiorismo que tanto me entusiasma. Me gustaría poder llegar a diseñar
muebles en un futuro pero, por el momento, me limitaré a presentaros los
diseños y a los creadores de los mismos que más me inspiran, al igual que ya
hice con anterioridad cuando os mostré una de mis debilidades, el sofá
Cherterfield.
Cuando se habla del mundo del diseño y la decoración dos
nombres retumban en mi mente, Charles y Ray Eames. La fusión de ambos dio un
vuelco al mundo del mobiliario en Estados Unidos con un toque de modernidad y
gusto que aún perdura en nuestros tiempos.
Charles Eames comenzó sus estudios universitarios pero
pasados dos años los abandonó y comenzó a trabajar en un estudio de
arquitectura. Después de un tiempo y, tras mudarse a Michigan, prosiguió sus
estudios donde terminaría impartiendo clase. Durante ese periodo Charles
conoció a Ray Kaiser con la que se casó tras divorciarse de su anterior esposa.
Juntos emprendieron un largo camino por el mundo de la arquitectura y del
diseño de muebles del que no sólo nos han
dejado obras maravillosas sino que además, nos han regalado la utilización de
nuevas tecnologías que hoy en día se siguen aplicando. Sus diseños orgánicos permanecen
entre los más vendidos, y clonados.
Sin duda, una de mis piezas favoritas son las sillas DSW, compuestas
por un asiento de fibra de vidrio, con patas de madera y sobre una base de
acero. También siento debilidad por su variante con brazos.
La silla Lounge en su vertiente blanca con contrachapado de
madera de roble, a juego con la silla otomana, permanecen expuestas en el MOMA
en su colección permanente y son otras de las piezas por las que siento
predilección. Quizás alguno recordará haberla visto en el lujoso apartamento
que habita el Dr. Frasier Craine, de la serie Frasier, pero en cuero negro.
Ambas piezas surgieron de la colaboración del matrimonio
Eames con la casa Vitra.
Pero el amor por el diseño de esta pareja no solo fue
expresado en el mobiliario, sino que también se aventuraron a diseñar su vivienda,
la famosa casa Eames, en la que fueron unos pioneros ya que utilizaron piezas
prefabricadas de acero.
También llegaron a diseñar juguetes, se dejaron llevar por
el mundo de la fotografía y hasta realizaron alguna película.
La clave que llevó al éxito de esta pareja fue su increíble
combinación y la compenetración surgida entre un arquitecto y una artista.
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