¿Cuántas veces os ha pasado que os acercáis a una tienda o a
un mercadillo prometiéndoos a vosotros mismos “sólo voy a mirar”?
Si es que siempre sucede, cuando no buscamos encontramos, y
es lo que me ocurre a mi últimamente.
Veo un mueble del que me engancho y luego me doy cuenta que
no tengo espacio.