Una de las cosas que más me gustan de mi casa es que hace
sentir, no es en si la vivienda, sino esos pequeños espacios con encanto que me
hacen sonreír. Así que vivas donde vivas no tienes excusa para incluir color y
armonía a tu casa.
¿Cómo lo hago yo? Pues la mayoría de las veces con transformaciones.
Para el mueble, como para nosotros, los años pasan, las
vivencias, nuestras perspectivas y nuestros gustos cambian.
¿Y qué es lo mejor que podemos hacer? Fluir y adaptarnos, como
esta estantería que llegó hasta una
servidora de la mano de mis queridos Carmen y David. Encantada de que pensasen
en mi antes de tirarla a la basura.
Y yo, bien agradecida tras limpiar, imprimar y pintar les
mostré el resultado.
A ellos les encanta. ¿Y a ti?
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